Este año ha vuelto el Mobile World Congress después de dos ediciones canceladas a causa del Covid-19. Esta edición ha seguido la estela de la edición del 2019, evolucionando la conectividad (precisamente el lema en la entrada era «Connectivity Unleashed») y dejando volar la imaginación con el metaverso. Estos dos años de parón han cambiado muchas cosas y los acontecimientos han obligado a apretar el acelerador en necesidades que en la última edición eran aún futuristas.

El primer ejemplo es como ha cambiado nuestro prisma frente a las reuniones. A inicios del 2019 cuando pensábamos en una reunión era
o en la oficina con nuestros compañeros, viajando a ver un cliente o como mucho, una videollamada si era muy lejos y no justificaba el viaje. La pandemia cambió nuestra manera de reunirnos e interaccionar con nuestros compañeros o clientes. Pasamos del offline al online en dos días, sin tener una cultura clara sobre ello y con herramientas que empezábamos a conocer. Microsoft Teams fue nuestro gran aliado, pero también un compañero de viaje bastante odiado, ya que la saturación de reuniones online sin haber aprendido aún esta nueva manera de comunicar, nos produjo estress y en cierto modo, rechazo. Cuando las medidas se fueron relajando, todos hemos tenido la sensación de volver a la normalidad, pero creo que es más preciso hablar de «nueva normalidad». Ahí aparece el concepto trabajo híbrido y la tecnología se pone las pilas para brindar dispositivos para de nuevo, aprender una nueva comunicación, donde confluyen los dos mundos. Microsoft está un paso por delante gracias a haber conseguido ser un estándar de mercado en lo que comunicación entre empleados y reuniones online externas se refiere. En el Mobile se han podido ver todo de dispositivos que enriquecen ese concepto y mejoran la inmersión tanto de los que están en línea como los que están físicamente en un mismo espacio.

Otro aspecto importante es el aumento del control a nivel de datos de todo lo que acontece en nuestra empresa. A nivel de la fabricación, gracias a los sensores y la conectividad, podemos tener un control absoluto de una manera asistida y desasistida de los procesos. Pongo un ejemplo de cada caso para ilustrarlo.

Todos nos imaginamos la conectividad en el mundo industrial como conseguir de una manera desasistida obtener información para resolver problemas o mejorar la productividad observando al detalle aspectos que a simple vista se nos pueden pasar por alto. En la imagen, en el stand de Huawei, podemos ver una fábrica totalmente conectada, con un control absoluto de todos los parámetros, que permite analizar todos los aspectos de la fabricación para reducir aunque sea al segundo algún proceso. Nos puede parecer una inversión excesivamente alta para reducir pequeños detalles. Pero si lo vemos a nivel global, reducir esos segundos o la reducción de la utilización un material, puede tener un impacto económico y ecológico a medio plazo que puede ser clave visto desde la perspectiva del fabricante y del planeta. Ahora vemos muchas empresas comprometidas con la reducción de carbono en sus procesos productivos. Todo esto puede ayudar a racionalizar el uso de materiales o de energía para conseguirlo. Y ya no sólo en el proceso de fabricación, sino también en toda la cadena de suministro. El análisis de las rutas y los puntos de distribución pueden reducir costes y tener un impacto medioambiental mucho más reducido.

 

El otro ámbito de control gracias a la conectividad puede ser también de una manera asistida. Cuando nos imaginamos los robots, pensamos en dispositivos que de una manera desasistida pueda realizar acciones sin la necesidad que nosotros tengamos que hacerlas. Pero recorriendo los diferentes stands, vi una nueva manera de integrar los robots en la industria 4.0. En la presentación de Boston Dynamics de IBM podemos ver una manera más integrada en la introducción del robot en nuestras vidas. En este caso el robot no es autónomo y está guiado por un operario que se ayuda del robot para realizar acciones que por si sólo serían imposibles. Por ejemplo, le solicita que busque puntos donde la temperatura haya subido de una manera anormal y acude rápidamente al lugar y muestra imágenes de alta definición para ser analizadas por el operario y actuar para resolver cualquier problema. O por ejemplo, establece rutas con puntos de origen y final para pasar revista de la fábrica y avisa al supervisor si detecta algún aspecto fuera de lo normal. Por lo que la convivencia con el robot es mucho más natural y no como algo futurista que invade el espacio del humano.

Con esto podemos ver que muchos de los temas que hace unos años nos parecían de ciencia ficción, poco a poco se van integrando en nuestras vidas de una manera natural. Es como por ejemplo el auge de los dispositivos asistidos por voz. Cada vez es más normal oír en las casas Alexa, Oye Siri u OK Google. Y eso nos lleva al último punto, el metaverso. Todos le tenemos mucho miedo y creemos que nos va a destrozar el mundo real y que todos vamos a ir al metaverso. No. Pasará como con internet, los robots, el smartphone, se integrará en nuestras vidas y brindará la posibilidad de tener usos que ni imaginamos.

El metaverso no deja de ser la evolución de internet. La tecnología tiene más recursos y posibilita hacer más cosas a nivel de visualización. Por lo que la web plana que imaginamos ahora, en unos años tendremos sites mucho más interactivos e intuitivos que facilitaran acceder a la información de una manera más inclusiva. Un ejemplo es el Metahype de Cupra. Un espacio donde todos los trabajadores de Cupra pueden tener reuniones 1 a 1, socializar y lo más importante, divertirse en este nuevo universo digital. Por ejemplo, han construido islas con diferentes temáticas. Una de ellas con la colaboración de Primavera Sound para que los trabajadores asistan a conciertos de una manera virtual en sus momentos de ocio.

En definitiva, vemos como la tecnología poco a poco entra en nuestras vidas con diferentes aspectos ya sea en nuestra vida personal o profesional. Aunque tengamos nuestra resistencia, cuando le veamos la aplicación a nuestras necesidades lo adoptaremos sin darnos cuenta.