En los últimos días se está hablando de las nuevas medidas europeas para la recuperación económica frente a la crisis del coronavirus. Gran parte de las subvenciones irán dirigidas al impulso de la transformación digital. Según Microsoft, en estos dos últimos meses hemos avanzado lo que estaba previsto para los próximos dos años. La crisis del Covid19 y las medidas forzosas de confinamiento han acelerado la necesidad de digitalizar las empresas y adaptarse a la nueva realidad laboral, el teletrabajo.

A continuación resumimos el briefing que realizó la comisión europea sobre la transformación digital, antes de la crisis, que marcará las políticas y subvenciones de las ayudas que serán presentadas en breve:

Una revolución en el ámbito digital está transformando el mundo tal y como lo conocemos a una velocidad sin precedentes. Las tecnologías digitales han cambiado el funcionamiento de las empresas, el modo en que las personas se comunican e intercambian información y su forma de interactuar con los sectores público y privado. En este contexto, tanto las empresas como los ciudadanos europeos necesitan un marco político adecuado y unas habilidades e infraestructuras apropiadas para aprovechar el ingente valor generado por la economía digital y lograr unos resultados óptimos de la transformación digital.

En los años venideros, la Unión intensificará el apoyo a la transformación digital, tal y como demuestra la propuesta reciente del programa Europa Digital (para el período de 2021 2027), que sería el primer programa de financiación destinado exclusivamente a apoyar la transformación digital en la Unión. Sin duda, serán necesarias otras acciones por parte de la Unión, especialmente para aumentar la inversión en infraestructuras, impulsar la innovación, fomentar la labor de los promotores de la sociedad digital y la digitalización de las empresas, reducir la brecha digital existente, eliminar los obstáculos que todavía existen para lograr un mercado único digital, y garantizar un marco jurídico y reglamentario adecuado en el ámbito de la computación avanzada y los datos, la inteligencia artificial y la ciberseguridad.

Situación actual

Internet y las tecnologías digitales están transformando el mundo en el que vivimos. En las últimas décadas, las sociedades y economías europeas han experimentado una radical transformación digital propulsada por la «digitalización» y la aceleración de múltiples interacciones mediante el creciente número de dispositivos conectados y flujos de datos. La transformación digital abarca tanto la integración de las tecnologías digitales por parte de las empresas europeas como el impacto social de las nuevas tecnologías, tales como el internet de las cosas (IdC), la computación en la nube, las plataformas digitales innovadoras y la tecnología de cadena de bloques. Esta transformación se está convirtiendo en una condición de peso para el progreso de las economías modernas y tiene la capacidad de afectar a múltiples sectores económicos (como el transporte, el sector energético, la industria agroalimentaria, las telecomunicaciones, los servicios financieros, la producción industrial y la sanidad) y de transformar la vida de las personas.

Las tecnologías digitales tienen la capacidad de mejorar nuestras condiciones, esperanza y calidad de vida y, en general, se considera que contribuyen positivamente a la productividad y el crecimiento económico.

La transformación digital también plantea una serie de desafíos, incluidos los siguientes:

  • Un ritmo deficiente de digitalización de la industria: según la OCDE, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) por parte de las empresas ha presentado un crecimiento lento en la Unión y el uso de aplicaciones avanzadas de negocio electrónico es particularmente bajo. Los sectores tradicionales (como la construcción, la industria agroalimentaria, el sector textil o el siderúrgico) y las pequeñas y medianas empresas (pymes) van particularmente a la zaga en lo que respecta a la transformación digital.
  • Mercado único digital incompleto: a pesar de los esfuerzos y el progreso realizado, el mercado único todavía no es una realidad. Aún existen múltiples obstáculos para determinados servicios como el comercio electrónico, lo que impide un pleno acceso a los bienes y servicios que ofrecen las empresas en la Unión.
  • La brecha digital: la posibilidad de que no todos los consumidores y las empresas en Europa vayan a beneficiarse de la transformación digital suscita cierta preocupación, a la vista de la brecha digital existente y futura entre las zonas urbanas y las rurales y entre los distintos países de la Unión. La brecha digital se ha reducido sustancialmente en la última década en Europa, pero todavía existen disparidades importantes.
  • Escasez de mano de obra con competencias digitales: el 90 % de los puestos de trabajo ya precisan al menos de las competencias digitales básicas y la demanda de especialistas digitales va en aumento. Sin embargo, según la Comisión, el 44 % de la población de la Unión y el 37 % de la población activa tienen destrezas insuficientes en este ámbito. Además, casi la mitad de las empresas de la Unión aún no toman medidas para reconvertir a sus trabajadores.
  • Escasez de promotores de la sociedad digital: de las doscientas principales empresas digitales del mundo, solo ocho son europeas , y las quince más importantes son estadounidenses o chinas. Además, los principales superordenadores con capacidades informáticas de alto rendimiento no se encuentran en la Unión. Según un estudio de PwC realizado en 2018, Asia es el principal promotor de la sociedad digital.
  • Preparación insuficiente en materia de ciberseguridad: la transformación digital precisa de una infraestructura de redes digitales robusta, segura y resiliente. Con el aumento global de los incidentes en materia de ciberseguridad, las infraestructuras críticas y los procesos democráticos están en riesgo y, en la actualidad, Europa no está debidamente preparada para hacer frente a las amenazas de ciberseguridad. En este sentido, la industria y el sector público tienen dificultades para garantizar la seguridad de los equipos y las herramientas necesarias (como las tecnologías cuánticas) debido a la fragmentación de los recursos y los conocimientos técnicos en la Unión.
  • Generar confianza en la transformación digital: también están surgiendo nuevos desafíos en relación con la seguridad de los sistemas, los productos y los servicios conectados, así como en lo que respecta a la responsabilidad de las empresas. Las cadenas de suministro industriales se están volviendo más complejas y cada vez están integradas por más participantes de distintos sectores. Unos sensores deficientes, el software vulnerable o una conectividad inestable hacen que resulte difícil determinar sobre quién recae la responsabilidad técnica y jurídica de los daños.
  • Déficit de inversión: las estimaciones actuales sugieren que existe una deficiencia de inversión de 155 000 millones EUR respecto de la inversión de 500 000 millones EUR necesaria para satisfacer los objetivos de conectividad a internet de la Comisión para 2025 enfocados a asegurar que Europa adopta un papel de liderazgo global en el despliegue de los servicios 5G. Asimismo, la falta de sistemas informáticos avanzados supone un obstáculo para el éxito de Europa en la economía de los datos. Además, como pone de manifiesto la Comunicación de la Comisión «Inteligencia artificial para Europa», actualmente existe una diferencia de más de 10 000 millones EUR anuales en inversiones en inteligencia artificial entre la Unión y las economías con las que compite.

Si se consigue dar resultado a estos desafíos, se considera que la promoción de la transformación digital en la Unión traerá consigo una serie de oportunidades y ventajas, incluidas las siguientes:

  • Aumento de la productividad y el empleo: las inversiones en las TIC representan un 50 % del crecimiento de la productividad en Europa. El apoyo a las empresas emergentes con un fuerte crecimiento y a las empresas en fase de expansión se traduce en innovación y favorece el empleo, puesto que estas empresas suelen generar nuevos puestos de trabajo, al igual que los nuevos mercados, como la economía de las aplicaciones móviles, que en los últimos años también han brindado nuevas oportunidades laborales. En este sentido, podrían crearse muchos más puestos de trabajo: actualmente hay más de 350 000 ofertas de empleo en Europa para expertos técnicos altamente cualificados en ámbitos como la inteligencia artificial, el análisis de datos y la ciberseguridad.
  • Mayor eficiencia: según la Comisión, la transformación digital ayuda a las industrias tradicionales a producir nuevos bienes con un uso más eficiente de los recursos y permite a las autoridades públicas proporcionar servicios de mejor calidad, más rápidos y más económicos. El uso de la inteligencia artificial en diversos sistemas tecnológicos y sectores puede traducirse, por ejemplo, en menos víctimas mortales en las carreteras, un uso más inteligente de recursos como la energía y el agua, una menor aplicación de plaguicidas en las explotaciones y una industria manufacturera más competitiva. Por su parte, la tecnología de cadena de bloques es otra de las tecnologías emergentes que podrían tener un gran impacto en muchos sectores.
  • Capacitación: las tecnologías digitales capacitan a los usuarios proporcionándoles más datos e información, lo cual está cambiando nuestra forma de comprar, viajar, trabajar, aprender, comunicarnos y relacionarnos. En este sentido, una encuesta especial del Eurobarómetro de 2017 reveló que dos tercios de los ciudadanos europeos consideraban que las tecnologías digitales afectan de manera positiva a la sociedad, la economía y sus propias vidas.

Potencial de futuro

La promoción de la transformación digital tiene una importancia sin precedentes en la agenda política de la Unión y se ha identificado como una prioridad para estimular el futuro crecimiento en Europa. El Libro Blanco sobre el futuro de Europa elaborado por la Comisión subraya los retos La transformación digital que plantean el mayor uso de la tecnología y la automatización que afectarán a todos los empleos y sectores. En uno de los escenarios planteados, se pide la puesta en marcha de nuevos proyectos a escala europea par facilitar la digitalización. En su documento de reflexión sobre la globalización, la Comisión también subrayó que, si bien todavía estamos en la fase inicial de la transformación, el reto para Europa será innovar en las tecnologías estratégicas y ayudar a los trabajadores a adquirir las destrezas necesarias para que no se amplíe la brecha existente en el mercado de trabajo. La Comisión también está valorando el impacto de la transformación digital en diversos ámbitos, incluidos los mercados laborales de la Unión, la inteligencia artificial y la robótica y la estandarización, con vistas a desarrollar respuestas adecuadas.

En cuanto a la perspectiva política, en el marco de los Tratados en vigor, la Comisión planea utilizar una combinación de instrumentos políticos, incluidos el apoyo financiero, la coordinación y la legislación, para solventar las deficiencias jurídicas y reglamentarias identificadas e incentivar mayores inversiones digitales en la Unión en los próximos años. Las iniciativas políticas se basan en herramientas legislativas (principalmente, la aproximación de las legislaciones nacionales) y no legislativas, incluidos los mecanismos de coordinación de los Estados miembros y el intercambio de buenas prácticas.

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Este briefing nos indica la dirección de las futuras políticas a nivel europeo. La crisis del coronavirus ha acelerado estas políticas y las esperadas ayudas seguirán esta dirección. Por lo que ya hace tiempo en Olivia motivamos las PYMES a dirigir las inversiones a tecnologías que ya son del presente para cambiar no sólo del papel al formato digital, o del servidor local a la nube, sino a poder brindar herramientas a los trabajadores para hacer frente escenarios como el que hemos vivido sin que ello suponga tener que cerrar la empresa. La continuidad del negocio frente a futuros contratiempos cada vez será más clave.

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